La Alemania nazi o nacionalsocialista son términos historiográficos normalmente empleados para referirse al periodo de la historia de Alemania comprendido entre 1933 y 1945, cuando el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP) de Adolf Hitler gobernó el país. Oficialmente, el Estado alemán continuó denominándose Deutsches Reich (Imperio Alemán) como lo había sido ya en épocas anteriores desde 1871. Sin embargo, en 1943 el gobierno nazi decidió adoptar la denominación Großdeutsches Reich (Gran Imperio Alemán), que continuaría empleándose hasta 1945. Utilizando la propia terminología nazi, también se utiliza profusamente la denominación Tercer Reich para referirse a esta época.
Bajo el gobierno de Hitler, Alemania se transformó en un Estado fascista, que controlaba casi todos los aspectos de la vida. Después de que Hitler fuera nombrado canciller por el presidente Paul von Hindenburg, el 30 de enero de 1933, el Partido Nazi comenzó a eliminar toda la oposición política y a consolidar su poder. Hindenburg murió el 2 de agosto de 1934, por lo que Hitler se convirtió en dictador de Alemania cuando se fusionaron los poderes y las oficinas de la Cancillería y de la Presidencia. El día 19 de agosto de 1934, mediante un referéndum nacional, Hitler fue confirmado como Führer de Alemania. Todo el poder se concentró en manos de Adolf Hitler, y según el principio del Führerprinzip su palabra estaba por encima de todas las leyes. El gobierno no era un cuerpo cooperativo coordinado, sino más bien una agrupación de facciones que luchaban por acumular poder y ganar el favor de Hitler. En medio de la Gran Depresión, los nazis restauraron la estabilidad económica y acabaron con el desempleo de masas utilizando los elevados gastos militares y una economía mixta. Se llevaron a cabo amplias obras públicas, incluyendo la construcción de las famosas autopistas.
El retorno a la estabilidad económica impulsó la popularidad del régimen. El racismo, especialmente el antisemitismo, fue una de sus características centrales de la ideología oficial. Los pueblos germánicos —también llamados de raza nórdica— fueron considerados la representación más pura del arianismo, presentándose como una raza superior, en virtud de lo cual los judíos y otros grupos étnicos considerados indeseables fueron perseguidos o asesinados, y la oposición al gobierno de Hitler fue reprimida de forma sistemática.
Miembros de la oposición liberal, socialista y comunista fueron asesinados, encarcelados o forzados al exilio. Las iglesias cristianas también padecieron represión, viendo cómo muchos de sus líderes eran llevados a la cárcel. La educación se centró en la biología racial, política de población y aptitud para el servicio militar. Se redujeron las carreras y oportunidades de educación para las mujeres. La recreación y el turismo se organizaron a través del programa Kraft durch Freude (‘Fuerza a través de la alegría’) y los Juegos Olímpicos de 1936 presentaron al Tercer Reich en el escenario internacional.
El ministro de propaganda Joseph Goebbels hizo uso eficaz de las películas, los mítines de masa oratoria, y los discursos de Hitler para controlar la opinión pública. El gobierno controlaba la expresión artística, la promoción de formas de arte específicas y otros desalentar o prohibían.